sábado, 27 de febrero de 2016

Viviendo en la individualidad provocada.

Solos.

Llegará el día en que nos empezaremos a odiar, a mirarnos de reojo; a enojarnos porque las personas con las que convivimos no piensan como nosotros, no se visten como nosotros, no tiene lo que nosotros...

Lo encasillaremos en el estante de la plebe, y sin darnos cuenta nos habremos aislado, nos habremos quedado solos...solos con nuestros sueños grandes, con los deseos de presumir viajes, compras, cosas superfluas, en los que no quisimos llevar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, solo fue nuestro ego.

Diremos: Te odio, porque no eres como yo, porque no tienes mi color, porque no tienes el mismo talento que yo...

Que pena... nos hemos confundido...

Queremos que los demás sean como nosotros deseamos, para que tengan derecho a entrar en nuestro círculo y somos nosotros mismos que, con nuestros complejos de superioridad los hemos alejamos...

Y la gente bien, la gente libre, la gente misteriosa, la gente que ríe y que sueña... va quedando lejos (y que bueno...) lejos de esta gente ególatra...lejos de esta gente sola, pero finalmente solos, cada quien en el extremo, uno en soledad y el otro aislado, al márgen.